Haro

Juan Haro, que leyó en su día a Voltaire, Rousseau, Diderot, D`Alembert, Kropotkin, Bakunin, Nietszche; que conoce la amargura del desarraigo, del alejamiento de la patria; que ha recorrido un largo y difícil camino hasta encontrarse a sí mismo, a definirse a sí mismo, es hoy, a la altura de sus cuarenta y tres años, en plena madurez, un artista completo, un escultor que mantiene viva su inquietud creadora, que se transforma dentro de unas características propias y, sobre todo, el hombre que ha superado un fecundo proceso de formación intelectual y artística.